Technik Museum Speyer

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La ciudad alemana de Espira (Speyer en alemán), pertenece al estado federado de Renania-Palatinado. Tiene unos 50.000 habitantes y es una de las ciudades más antiguas del país germano. El Rin pasa por sus tierras y podemos visitar aquí la Catedral románica más grande del mundo, donde yacen enterrados emperadores y reyes, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1981. A unos metros de ella, se encuentra el Museo de la Tecnología de Espira, que bien merece una visita.

Este museo, se abrió en el año 1991 como ampliación del Museo de la Automoción y la Tecnología de Sinsheim (podemos visitar también este museo por libre o con la entrada combinada con el de Speyer). Hoy en día tiene una superficie techada de 25.000 m2 y 150.000 m2 de superficie al aire libre. Es visitado por más de medio millón de personas al año.

Lo primero que debemos decidir es, si comprar una entrada sólo para el museo o también para el IMAX. Nosotros, como ya sabíamos que es un museo en el podíamos pasar varias horas y tampoco las películas que echaban en ese momento nos llamaban lo suficiente la atención, pues decidimos visitar el museo únicamente. Así que no os puedo hablar del cine IMAX, que parece muy impresionante, aunque sea todo en alemán, ya sólo por ver esas imágenes en la cúpula gigante, seguro que os encantará.

Technik Museum

La entrada se realiza por la una sala llamada Liller Halle, que data del año 1913 y está considerada monumento histórico. En ella podemos encontrar aviones, coches antiguos, motos, locomotoras, camiones de bomberos, un carrusel antiguo, submarinos… y en plataformas superiores maquetas de trenes, un museo de la fotografía, del tratado de la tela, tecnología del hogar y del campo… Es de esos museos en los que no sabes muy bien por dónde empezar porque todo te llama la atención. Nosotros decidimos comenzar por esta sala porque era pronto y no corríamos el riesgo de que anocheciese rápido, pero os recomiendo que si vais en invierno, que a las 16 horas ya es de noche, veáis primero la parte de fuera y luego lo que está en zona techada. Lo que más me impresionó de esta sala fueron los submarinos portamisiles, los aviones alemanes de la II Guerra Mundial, los coches de época y las locomotoras (en muchas de ellas puedes subirte y ver bien la cabina y los mandos). Los carteles informativos suelen estar en alemán e inglés. Durante el recorrido nos encontraremos algunas maquinitas que si echamos 1 euro, podemos hacer funcionar el carrusel, las ruedas de la locomotora, las maquetas de trenes, etc. A ver, esto es como todo, los alemanes que había por allí visitando el museo, sí que echaban el euro, con lo que yo pude ver todo en funcionamiento, pero después de pagar 15 euros, como que sigan sacándome dinero, pues no.

Si salimos a la parte exterior, la mayor atracción es el Boeing 747 donado por la empresa aérea Lufthansa, que fue instalado en el año 2003 transportado en piezas y vuelto a montar en este recinto. Lo primero que tenemos que hacer, es recoger nuestro saco de tela, no os lo olvidéis y espero que tengáis suerte de que haya disponibles, antes de subir por las escaleras que conducen al avión. ¿Y esto por qué?, pues porque ya os digo que la bajada será mucho más divertida. En nuestra subida, podemos acceder primero a otro avión de la compañía Lufthansa, un Vickers Viscount 814, que es más reducido, usado en los años 50 y 60. Tanto el Boeing como el Viscount, están colocados en una posición que para mí era un poco mareante. Se encuentran inclinados y eso dificulta caminar. Puedes recorrer los dos aviones por dentro, asomarte a la cabina, bajar a las bodega… Es una forma de descubrir un avión que no está a nuestro alcance cuando viajamos en este medio de transporte. Y ahora llega la bajada. Tenemos nuestro saco y un tobogán tubular cerrado nos llevará a la parte baja de la forma más rápida y divertida. La bajada son varios metros y con los giros del tobogán, son una gozada. De verdad, no dejéis pasar estos momentos sólo por el qué dirán el resto de personas, nos lo pasamos genial y éramos la envidia de muchos que no se atrevieron a hacerlo. No es un tobogán sólo para niños, cualquiera puede tirarse.

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Otros aviones que podemos encontrar son el Antonov 22, avión de los años 60, que lleva allí desde el año 1999 y en su momento estaba considerado como el avión de hélice más grande del mundo. Es el avión que más me gustó, un avión soviético de transporte civil y militar, con cuatro motores turbohélice. Impresiona entrar y pasear por la bodega de carga, enorme. Se puede también visitar la cabina subiendo por una estrecha escalera interior.

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El Boeing, el Antonov y el submarino U-Boot U9 de la Marina Federal alemana, son las tres joyas de la corona de la parte al aire libre. Tenía muchas ganas de poder entrar en un submarino y aquí iba a tener la ocasión. Este submarino de la Armada Alemana se botó en 1967 y se dio de baja en 1993, colocándolo en este museo de Speyer. Estamos hablando de un submarino que pesa casi 500 toneladas, de 46 metros de largo y 5 metros de ancho. Podía alcanzar los 100 metros de profundidad y su armamento consistía en 8 torpedos de 533 mm. Es increíble poder entrar y ver en qué espacio tan reducido convivían los tripulantes alemanes de este submarino, dónde dormían, dónde comían, la sala de mandos… Me faltó mirar por el periscopio, que o lo han quitado, o no está, o es que estaba en una parte no abierta al público. Yo que quería hacerme la foto típica de película de submarinos, otra vez será. En esta parte exterior, también encontraremos otros aviones de menor tamaño, helicópteros, el gran barco familiar de Sean O’Kelley y otros vehículos antiguos. Decir que a la gran mayoría de ellos, podemos acceder por medio de escaleras a su interior y movernos con total libertad por sus distintas estancias. Esto es lo que hace único a este museo.

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Otra de las salas interiores, está destinada a vehículos aeroespaciales, coches, motocicletas y algún que otro avión. Nada más entrar, el trasbordador espacial soviético Burán, nos dejará sin palabras. Lleva en este museo desde el año 2008 y fue traído desde Bahrain por mar abierto hasta la ciudad de Rotterdam y desde ahí, Rin arriba hasta Speyer. Este transbordador espacial, fue construido por la Rusia soviética en 1988 para contrarrestar el transbordador espacial americano, de hecho, es bastante parecido a este, llegándose a pensar en aquel momento, que el espionaje ruso en suelo americano, tuvo mucho que ver. La nave es impresionante, yo nunca había visto algo de este tipo antes. Por medio de escaleras, podremos subir a la parte superior y ver su interior. Además del Burán, hay un gran número de trajes de astronautas, con todos sus complementos, podemos incluso ver porciones de comida que se llevan en las misiones, la ropa que usan dentro de las naves espaciales para la vida cotidiana… También cuenta con una gran sección sobre las misiones Apollo, con mucha información, una reproducción a escala real y una piedra lunar en un expositor (¡yo quería tocarla!). También podemos ver una cápsula Soyuz, una reproducción del laboratorio Columbus de la ESA y otro tipo de naves. Esto ocupa la mayor parte de esta sala, pero también hay una zona que hará las delicias de los apasionados de las motos, otros coches antiguos, como el Aston Martin de James Bond, y algún que otro avión, que completan la exposición de esta segunda sala.

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Cuenta con una sala de exposiciones sobre el mundo marino, pero nosotros la encontramos cerrada, no sé si por una posible reforma o porque han querido prescindir de ella.

Además de todo esto, como decía al principio, la oferta se completa con un cine IMAX DOME, que se abrió al público en el año 1997. Las películas que se proyectan, se hacen sobre una pantalla que ocupa una cúpula gigante. La cúpula del IMAX DOME tiene un diámetro de 24 metros y una superficie de alrededor 1000 m2. Hay varias películas durante el horario de apertura del museo, eso sí, todas en alemán.

El museo cuenta también con un lugar para realizar actividades relacionadas con el automovilismo, la aeronáutica o el mundo espacial. Una tienda donde poder llevarnos un recuerdo de nuestra visita y un restaurante por si queremos tomar algo y descansar.

 

 Datos de interés:

  • 365 días del año abierto de 9:00 a 18:00 horas (domingos y festivos hasta las 19:00 horas)
  • Entrada al museo: adultos 15 euros, niños de 5 a 14 años, 12,50 euros, menores de 5 años, gratis.
  • Entrada al cine IMAX: adultos 10 euros, niños de 5 a 14 años, 7,50 euros, menores de 5 años, gratis.
  • Entrada combinada (museo + IMAX): adultos 19 euros, niños de 5 a 14 años, 15 euros, menores de 5 años, gratis.
  • Dirección: Technik Museum Speyer, Am Technik Museum 1 67346 Espira
  • Teléfono de información: +49 (0) 6232 6708-0
  • E-mail: speyer@technik-museum.de
  • Página web: http://speyer.technik-museum.de/es/

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